jueves, 11 de noviembre de 2010
domingo, 12 de septiembre de 2010
Infante Autista...
Poeta de mil mundos,
niño escribano, habla en un idioma que nadie quiere escuchar.
Tu sol jamás se esconde y tu luna jamás saldrá.
Eres un fantasma más,
en esta esfera de tierra y mar.
Háblame de la verdad,
niño poeta
dime tu realidad,
que es lo que escondes tras tus palabras abstractas,
tras aquella mascara de inseguridad.
Dejas a un lado tu pluma
para olvidar lo que tu mente recita
dejas a un lado el papel
porque tu mundo es una hoja mojada y aun con sed.
Niño poeta cuéntame la verdad
recita en tu prosa cual es la realidad,
hazme olvidar con tus rimas mi inútil ebriedad.
Infante autista, niega la razón de la concreción,
se separa del mundo, solo vive en su interior.
Infante desconocido, tu rostro muestra el olvido
y en el fondo de tu pequeño mundo...se opone el sol
con un eterno ritmo, de desolación.
domingo, 9 de mayo de 2010
Tú y yo, somos estrellas...
Despiertas en un nuevo día, el sol pasa por la ventana y alumbra con fervor tu pupila. Parpadeas un momento y levantas tu mirada al techo, donde tu abanico hace su función, dándote frio en este calor.
Recuerdas tu horario; ya son las 8:30 y no te has arreglado, ríes nerviosamente con tu pereza, preguntándote si deberías culparla a ella o es que tienes miedo de cumplir con tu visita; después te levantas, y comienzas el día.
Caminando por la calle, observas el cielo sobre las casas y los edificios, las hojas de los arboles cayendo y la banqueta sucia por la naturaleza del hombre; piensas en cuantas personas se toman el tiempo de ver lo interesante que es el mundo; al mirar a los peatones, te das cuenta de que todos fijan su mirada en su propio objetivo, solo un trayecto, sin disfrutar el camino.
Sigues caminando, atravesando aquel parque en la quinta calle, aquel lleno de recuerdos y emociones pasadas, que le dan vida a esos árboles viejos. Las abejas confían su polen en las flores y te recuerdan aquel artículo que leíste sobre el polen de otoño, como tenia mas proteínas y hacia vivir más a las abejas…-Ojala eso sucediera con todos- piensas.
Recorres el parque, con un aire de nostalgia, evitando contacto visual con toda pareja que estuviera sentada en las bancas, y así, llegas a la sexta…solo seis calles más.
Llegas a la séptima y tu corazón comienza a golpear, siempre sucede cuando estas por llegar. Tu mente es invadida por pensamientos del pasado, sonrisas que cobran vida en tu cerebro y atormentan con añoranza tu alma. Sujetas con monotonía tu pecho, sobre tu camisa y respiras. –Relájate-
Así, continuas.
Octava.
Novena.
Decima.
Llegas a la onceava y te detienes en seco, al observar una calle abandonada, ni un alma, ni un carro, animal, ruido, música o sonido. -En una ciudad con estas dimensiones, proporciones, y gentíos, una calle vacía sería como un camino hacia el cielo- citas de tu memoria, al tiempo de que una pequeña gota salina recorre tu roja mejilla.
Caminas como si fueras dueño de la calle, del mundo que te rodea, de la paz que trae el momento de silencio. Imaginas un mano rozando la tuya y sin pensar entrecierras los dedos, uniéndolos en armonía con tu imaginación. Ni un solo ruido, ni una sola distracción, solo tú y tu deseo de estar cerca de ella una vez más. Sin darte cuenta das un paso sobre la doceava y el ruido del mundo vuelve a tu realidad. Das un vistazo encima del hombro a la calle que acabas de atravesar. -Fue una dimensión distinta, un regalo del mas allá- puedes llegar a pensar.
Giras (siempre a la derecha) y te encuentras con tu destino. Cruzas el campo verde con gris y algunos días colores de flores en el suelo. Al llegar a su hogar, rozas con cariño su pálida cabecera y das un hondo suspiro, sonríes…
-Hola…hoy es un día especial, ¿sabes? Hoy…hace cuatro años que te conocí, y exactamente hoy…hace un año, te perdí. Hoy, 12 de Septiembre, al caminar las doce calles hacia tu nuevo hogar, me detuve en la onceava antes de llegar, ¿Adivina qué? Ni un alma en ese lugar. Esa calle fue nuestra mi amor, por el día de hoy, esa calle revivió. Nos unió en una paz increíble, ¿Lo sentiste? Toque tu mano en mi imaginación. Sé que eras tú, tu, dentro de mi mente, tomando mi mano con ardor, pude sentir tu calor.
¿Recuerdas que tiene de especial esa calle? –Suspiras con una sonrisa- en ese lugar te conocí, un día de movimiento normal, un lunes por la mañana, esa calle, en donde tu vivías, se movía con frenesí, pero te vi, en mi camino a la prepa… ¿Recuerdas que tan jóvenes éramos? Después de todo, yo solo tenía quince y tu solo tenias catorce. Yo no sabía nada de la vida hasta que te conocí esa mañana. Estabas sentada en la banqueta, encogiendo los hombros para callar el ruido en tus oídos, intentando leer aquel libro, “El arte de amar, de Fromm” no pude resistirme a dirigirte la palabra, me senté silenciosamente a tu lado y te observe con curiosidad, tú volteaste la mirada del libro, a mis ojos y cambiaste mi vida.
Me dirigiste una sonrisa, y mencionaste algo irritada - En una ciudad con estas dimensiones, proporciones, y gentíos, una calle vacía sería como un camino hacia el cielo- terminado esto, seguiste leyendo. Mi reacción no fue más, que solo quedarme en donde estaba, perder mis clases, y solo guardar silencio a tu lado; procurando no perder ni un solo segundo, la prueba que eras, de que un dios existía.
Recuerdo que ese mismo día te dibuje, y con furor me di cuenta de que tu belleza no podía ser plantada en un trozo de papel. Supuse que se debía a que al momento de dibujar, no te tenía presente, como modelo. Pero a quien mentía, solo tú ocupabas mi memoria, tenía cada rasgo de ti presente en mi cabeza. Creo que quise usar eso como excusa para volver a verte.
Así que al día siguiente me dirigí a tu calle, pero no te encontré, decepcionado, me senté en la banqueta más cercana a tu casa, pensando si habías sido solo una broma pesada de mi cerebro. Pero entre el ruido de la calle, los carros sonando y las pisadas de la gente, escuche tu voz de nuevo, voltee y estabas a mi lado, con esa cara de curiosidad que tanto te caracterizaba, me quede boquiabierto; cómo era posible que hoy fueras más hermosa que ayer, pensé. Y tu voz volvió a sonar en mi cerebro, despertándolo de mi pensamiento. – ¿Acaso me estas siguiendo? – me preguntaste.
-Claro que no…-creí decir, pero al ver tu cara me di cuenta de que mi voz sonaba más débil de lo que pensaba. Y es que mi cerebro solo estaba pensando en ti.
Me miraste con extrañeza – ¿Cómo te llamas? -preguntaste.
Recobre valor – Salvador- alcance a decirte
-Salvador… ¿quieres ir al parque?
-Claro…
-Bueno, mi nombre es Eva… Vamos.
Alzaste tu mano hacia mí, y yo le tome con cuidado, sentí un nuevo mundo en mi interior…fue como tocar a un ángel.
Fuimos al parque durante los próximos meses, después entraste a mi prepa, y nos hicimos novios, fue el momento más feliz de mi vida. Hasta hace poco más de un año, recuerdo que todo iba muy bien, nos veiamos con amor a los ojos y nos tocábamos como si hace años que no nos viéramos.
Pero llego el día, hace 365 de hoy, que las llantas de aquel furioso carro atacaron mi corazón…
Mi cabeza no daba para más… ahí estabas, con esa cara que no expresaba nada más que paz… en un charco de sangre húmeda y pura…
Sentí un silencio, que para mí, era eterno en mi interior.
Sol a sol, fui entendiendo lo que sucedió, y poco a poco mi furia bajo.
Leí aquel libro tuyo, un día de esos, aquel que leías el día que te conocí.
-Y me di cuenta de una frase subrayada… por ti.
Sacas con cuidado un papel arrugado de tu bolsillo, lo desdoblas, enderezas tu garganta y comienzas a leer, murmurando entre sollozos.
- “El amor... esa estrella de una sombra infinita aunque muera cien veces... cien veces resucita…”
Suspiras...
Solo quería decirte…que siempre serás mi estrella, que siempre te veré en el cielo, que nunca te dejare de amar…y que algún día...solo tú y yo… formaremos una hermosa constelación.
fin.
Saret.
lunes, 3 de mayo de 2010
y es que no vi la piedra en el suelo...
En la razón y en mi alma.
Es increíble cómo trabaja mi cerebro
Dejándose llevar por el amor
Arrepintiéndose de haber escuchado alguna vez a este tonto corazón.
Fue como un despertar
Lo que tú me hiciste pasar
Cegada estaba
Hasta que me hiciste reaccionar.
Y te arrepientes con el tiempo
Y en tu cerebro se planta la semilla de la bipolaridad.
Me hablas sin sentimientos
Pero yo sigo sintiendo tu “amor” en mi cuello.
Así eres tú,
Y la verdad ya nada importa
Fue como un despertar de una fantasía y
Te lo agradezco, por ser el despertador de este sueño.
Ahora no me puedo concentrar
Sé que me tomara tiempo ya que
Es la segunda vez que paso por esto
Y es que no vi la piedra en el suelo
….yo solo estaba viendo el cielo.
Saret.
y si, este si es dedicado completamente a ti
miércoles, 14 de abril de 2010
todos somos, en presente, pasado o futuro el hijo maldito de dios...
El hijo maldito de mi padre
Es aquel que mi quito a mi familia
El que me robo mi infancia
Mi alma.
El hijo maldito de mi madre
Es aquel que todos quisieron más que a mi
El falso primogénito
Aquel al que todos miran al pasar.
El hijo maldito de mi familia
Es aquel que yace muerto
En el frio suelo como su cuerpo
Y su alma espera un milagro para respirar
Un milagro que nunca ha de llegar.
dios espera su regreso
le esta guardando un lugar
Junto a un Lucifer arrepentido
Y un obispo pecador.
Ahora quien es el hijo maldito
Del que ya nadie quiere hablar
Por el pesado dolor que infringió.
Quien es el hijo maldito que la familia creo.
Saret.
jueves, 18 de marzo de 2010
Aprendiendo a observar
Concentrados
En encontrar algo más.
Con el pasto como cama
Observamos juntos con el alma
Deseosos de comprender
Como la vida trabaja.
¿Cuánto se puede aprender
De estas miles de estrellas?
Para entender, que tan increíble el universo es
Y poder confiar, en estas miles de esferas.
Son demasiados los pensamientos que tenemos
Escondidos en nuestro corazón
Forman cirulos, tales como esferas.
Que giran, eternas...buscando una respuesta.
Y es por eso que buscamos las estrellas.
Cuerpos celestes, complejos son.
¿Cuántas respuestas nos esperan en el cielo?
Lugar eterno que presume su fachada.
Pero solo hoy
Con el césped como cama
Contemplamos su disfraz
Y esperamos algo más.
Saret.
lunes, 1 de marzo de 2010
Estatuas...
A pasado tiempo desde la última vez
que sujete la pluma con amor y escribí lo que sentía en mi interior.
Y es que eh estado ocupada, intentando respirar bajo estas miradas
Que buscan juzgarme por quien soy
Momentos tan difíciles los que estamos viviendo
Porque bajo la familia se encuentra la sociedad
Y todos te miran sin piedad
Esperando más de lo que puedes dar.
¿Cuál es la edad correcta para vivir en paz?
Para ser feliz y poder respirar…¿algún día podre respirar?...
El presente no me da tantas esperanzas
Como con las que quisiera contar.
Trato de encontrar palabras para dirigirme a estas estatuas
Cuyos ojos vacios funcionan como espejos siniestros
Ya que solo reflejan el odio y el temor
Del infante interior.
De lo que no se dan cuenta es de cuanto cada persona se refleja en esos espejos
Hasta formar parte de esos cuerpos inmóviles,
Que, estáticos solo esperan que alguien más llegue
para poder cambiar lo que tanto les puede molestar.
Cada vez son más las estatuas juzgadoras
De vez en cuando se puede ver una cara conocida
En ese momento sabes que ya te dejo atrás.
Es uno más.
Pero hoy me di cuenta de que puedo vencer…
que hay personas que simplemente no pueden estar del otro lado del espejo
Del lado juzgador de esos ojos, son personas que piensan, que aman
Que saben la verdadera importancia de las cosas.
Son personas que se dan cuenta de que tan inmóviles son los demás.
Personas que se pueden levantar, y dejar a un lado aquellos críticos
Que solo sirven para eso. Criticar...
Dejarlos a un lado y crear paso a paso
un mundo nuevo...
Saret.
lunes, 22 de febrero de 2010
Definitivamente no...
intento de canción,
Siento que mi corazón está explotando
Como una pequeña bomba de tiempo
Poco le queda para respirar
Salir antes de explotar
Quizás…
Siento como mi corazón te llama sin césar
Como mi mente recuerda tu mirar
Bajo la luz de esta ciudad
Donde todo comenzó y cayó.
(Tal vez tu mirada me salvara
Tal vez tu sonrisa me calmara
Tal vez
Pero no contaba con que eras tú.
Porque debajo de tu mascara de seguridad
Se escondía tu maldita verdad
Pero Tal vez la que se miente eres tú
Porque no contabas con que era yo.)
Quizás…
Siento la desconfianza brotar
Porque Tu cara amable me dio a pensar
Si algo tan bueno podría ser verdad
Y bajo la luz de esta ciudad
Descubro la verdad.
(Tal vez tu mirada me salvara
Tal vez tu sonrisa me calmara
Tal vez
Pero no contaba con que eras tú.
Porque debajo de tu mascara de seguridad
Se escondía tu maldita verdad
Pero Tal vez la que se miente eres tú
Porque no contabas con que era yo.)
-Porque debajo de tu mascara de seguridad
Se escondía esta dolorosa verdad
Pero Tal vez la que se miente eres tú
Porque en verdad no sabias quien era yo...
Saret.